
En el inglés americano existe un término para describir aquellas situaciones en las que una reparación rápida es implementada para que la operación siga su funcionamiento, <<quick fix>> le llaman y la traducción literal es precisamente <<arreglo rápido>>, un concepto que en español podría definirse como <<apaga fuegos>> o en México se diría <<una mexicanada>> refiriéndose a una forma no convencional de arreglar algo de forma sencilla y rápida con el único fin de que siga funcionando. (Me pregunto como se le llama a esto en tu país)
En su libro << The Slow Fix: Solve Problems, Work Smarter and Live Better in a World Addicted to Speed>> Carl Honoré nos comparte la importancia de tomarse el tiempo de reparar las cosas, tomar un paso atrás para analizar la situación de forma holística y solucionar de manera mucho más integral un problema. En pocas palabras, se refiere a la importancia de hacer un <<slow fix>> (arreglo lento) ¡Un lujo que muchos ejecutivos modernos no se permiten!
El efecto <<Quick fix>>
Una reparación rápida de un sistema tecnológico <<quick fix>> puede llevar a una falta de documentación, problemas al otorgar soporte y largos tiempos al momento de repararlo, una reparación rápida de una maquinaría puede implicar faltas a la seguridad, afectar la garantía del equipo e incluso causar la muerte de algún operario, ¿de acuerdo?
En general, tomar el tiempo para reparar las cosas, encontrar el balance entre lo que es urgente y lo que es importante, no es una tarea sencilla pero si bastante relevante en el desarrollo de cualquier empresa y en esto los líderes tenemos mucho que ver.
En un mundo en el que la frase favorita de clientes internos y externos es <<Lo necesito para ayer>> ¿Qué tenemos que hacer para encontrar ese balance? ¿Será que los jóvenes son quienes traen la energía del cambio rápido <<quick fix>> y los más veteranos traen la relevancia de lo que hay que reparar más detenidamente <<slow fix>>? ¿será un sesgo generacional? ¿Qué podemos hacer para encontrar un balance?
Honoré nos comparte que cuando se trata de buscar resultados instantáneos todos estamos enganchados a la solución rápida y es que cada solución rápida susurra la misma promesa seductora de máximo rendimiento por el mínimo esfuerzo, sin embargo, en múltiples ocasiones terminamos por colocar una bandita cuando se necesita cirugía. ¿Estás de acuerdo?
Se antepone el alivio a corto plazo a la cura a largo plazo, no damos la debida importancia a los efectos secundarios no deseados, en palabras que a menudo se atribuyen a George Carlin (famoso comediante estadounidense) pero que en realidad fueron escritas por el Dr. Bob Moorehead, leemos: <<Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, <<acostones>> de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. (Moorehead, 1995) Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tú puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas>> ¡Poderosa declaración de George! Y es que día tras día, semana tras semana, lo inmediato triunfa sobre lo importante. ¿Qué hacer al respecto?
La receta de la reparación lenta <<slow fix>>
Acepta tus errores: Admitir que hay un problema y aceptar nuestra parte de culpa puede sacarnos de esa rutina.
La regla de oro : La planificación y la preparación previas evitan un rendimiento deficiente.
El demonio está en los detalles: Hemos visto cómo ampliar la lente para pensar de manera holística y tener una visión a largo plazo es esencial para resolver problemas complejos. Al mismo tiempo, hacer zoom en los detalles más pequeños puede ser igual de vital
Separa un tiempo: Cuando estamos tranquilos, sin prisas y libres de estrés y distracciones, el cerebro se desliza hacia un modo de pensamiento más rico y matizado.
Piensa a solas y piensa en equipo: Es por eso que a lo largo de la historia y en todas las disciplinas, los mejores solucionadores de problemas, las grandes bestias de la creatividad que evocan avances trascendentales, han apreciado la soledad.
Maneja tus emociones: Tomarse el tiempo para comprender y canalizar las emociones. Con demasiada frecuencia reducimos la resolución de problemas a una ciencia de hojas de cálculo, diagramas de flujo y diagramas de Venn.
Hazlo divertido: Aprovecha la inclinación humana por el juego
Estas son algunas de las recomendaciones de Carl para implementar un <<slow fix>>. Una idea que lleva días rondándome en la cabeza y que me trae las siguientes preguntas, mismas que te invito a reflexionar.
¿Qué problemas resolvería si tuviera el tiempo? ¿Qué impacto tendría la solución de raíz de estos problemas en mi trabajo? ¿Por qué me atrae este tema recientemente? ¿Será que me estoy haciendo viejo? Tal vez la última pregunta se basa en la historia de los dos pilotos de avión que sostienen una conversación en el aire. ¿La conoces?
Lento pero contento
Una aeronave de pasajeros vuela sobre el pacífico cuando se ve interrumpido por la aparición de un jet de combate de las fuerzas armadas, este último disminuye la aceleración para colocarse justo al lado del avión de pasajeros.
El piloto de combate abre su radio de comunicación en el canal de la línea aérea y le dice al piloto de la aeronave comercial: ¿Aburrido el vuelo?, a lo que el piloto comercial responde despistado: ¿A qué se refiere? A lo que el piloto de combate responde acelerando su aeronave, invirtiéndola, moviendo los alerones para entrar en picada y girando alrededor del avión comercial rápidamente en movimientos típicos de combate, para luego volver a su posición inicial diciendo: ¿Qué te ha parecido eso?
Genial, respondió el piloto de la aeronave comercial, pero mira ahora tú lo que yo haré con esta aeronave. El piloto de combate presta atención cercana a cualquier movimiento que el avión comercial realice, pasan así treinta segundos, luego un minuto y después cinco sin que se detecte ningún cambio de trayectoria, hasta que el piloto del avión comercial vuelve a aparecer diciendo: ¿Qué te ha parecido a ti eso?
El piloto de combate no sale de su estupor mientras le responde: ¿Pero que has hecho? No he visto nada, ¡La aeronave ni siquiera se ha sacudido un poco! Y rápidamente, el piloto de la aerolínea comercial responde: En estos cinco minutos me he puesto de pie, salí a estirar las piernas y me serví un sándwich y una taza de café, aproveché para ir al baño y mientras estaba ahí, confirmé mi estancia de esta noche en el hotel cinco estrellas al que tenemos acceso los pilotos de esta aerolínea. ¡Una hazaña que seguramente tú, no puedes igualar ahora!
En conclusión
Sin duda alguna una historia que deja mucho que pensar, tanto en la necesidad de tener la velocidad de un <<avión de combate>> y la de contar con espacios para la <<transportación segura de cientos de pasajeros>>, seguramente en el equilibrio está la clave y encontrar ese equilibrio es fundamental para los negocios, puesto que, siguiendo con esta analogía, tan dañino sería ir a la guerra con un avión comercial, como lo sería transportar al público en aviones de combate. ¿De acuerdo?
Por lo pronto me llevo de tarea, el prestar más atención para generar esos espacios en los que un <<slow fix> es necesario, mientras te invito a que leas ese fabuloso libro de Carl Honoré.
Honoré, C. (2013). The Slow Fix: Solve Problems, Work Smarter and Live Better in a World Addicted to Speed . Retrieved 2022.
Dr. Bob Moorehead, a former pastor of Seattle’s Overlake Christian Church. This essay appears as “The Paradox of Our Age” in Words Aptly Spoken, Dr. Moorehead’s 1995 collection of prayers, homilies, and monologues.