Sin importar el área en la que nos desempeñamos, la industria en la que profesionalmente nos ocupamos o el nivel jerárquico que ocupemos, todos recibimos dos tipos de salario en nuestro empleo.
¡Así es! tanto en las grandes corporaciones como en el caso de micro-emprendedores, todos tenemos acceso a dos tipos de salario, los cuales se encuentran conectados pero que fácilmente pueden confundirse.
El primer salario es el económico, es el que comúnmente conocemos, el que llama rápidamente la atención y por el cual nos vemos atraídos a trabajar en cierta empresa o negocio. Este salario, se entrega en un tipo de moneda, ya sea en dólares, pesos o euros, y como tal, tiene la capacidad de ser transformado por los colaboradores en aquello que ellos consideren importante, es decir, en aquello que les motiva.
El segundo salario es mucho más complejo debido a que se entrega en emociones, involucra percepciones y expectativas tanto de líderes como de colaboradores y por si esto fuese poco debe ser entregado en la medida, tiempo y condición adecuada para lograr el mejor impacto. Cada colaborador tiene un tipo de cambio específico y este puede cambiar a través del tiempo y sin previo aviso, estamos hablando del Salario Emocional.
Cada empresa o grupo de personas tiene un tipo de salario emocional diferente, mientras existe una tabla salarial para el salario económico, nadie puede predecir con exactitud cuál es la tabla salarial en el salario económico; es por ello que a menudo encontraremos ejemplos de lo que otras empresas hacen y les resulta exitoso, sin embargo al buscar implementarlo en nuestro equipo no contamos con el mismo resultado.
El Salario Emocional es cualquier forma de compensación, retribución, contraprestación, no monetaria, que recibe un empleado a cambio de su aportación laboral. (Gay 2006) y cabe agregar que este salario cambia mucho más frecuentemente que el salario económico, debido a que se ve afectado por los comentarios, cambios e interacciones que se tienen con el jefe inmediato.
Mientras el salario económico es pagado por la empresa, el salario emocional es pagado por el jefe inmediato. (leal 2010) es por ello común encontrar una alta variación en el salario emocional dentro de una misma empresa, donde en un departamento se respira un ambiente de positivismo y productividad y en otro se puede denotar la apatía y la frustración. Ambos departamentos pueden recibir el mismo salario económico, incluso laborar bajo la misma realidad, pero es el líder de ese departamento o pequeño grupo, el que hace la diferencia en la percepción del salario emocional de los colaboradores.
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